Girau, Gervasio Ramón

“Negro Ramón”. Era el hijo menor de su familia. Nació en la laguna “La Palma” en Santiago del Estero, límite con Córdoba. Conjuntamente con su familia cuando cumple 6 años de vida se muda a Santa Fe. A base de esfuerzo y sacrificio, con 18 años ya tenía su propia empresa: “Gráfica Giraus”. Fue en el 2006: “Desde muy joven lo preocuparon las grandes diferencias sociales y la falta de oportunidades que tenía la gente más carenciada de Suardi, su pueblo. Esto lo motivó a tomar parte de la Juventud Peronista y por su intervención se logra el alumbrado público del Barrio de San Miguel. Integra también la comisión que impulsa la creación de la capilla en dicho barrio, donde estrecha relación con los sacerdotes que visitaban nuestro pueblo, seguidores de la doctrina tercermundista que se difundía por toda América Latina. Posteriormente integra la comisión de la Secretaría de Acción Social de la comuna, donde entre otras actividades, tramita pensiones y jubilaciones. Junto a sus amigos trabajó arduamente para conseguir la instalación en Suardi del Centro Asistencial SAMCo. Realizaron grandes festivales en la Sociedad Cosmopolita para recaudar fondos con los que solventaron los gastos de mejoras del lugar y la compra del equipamiento para el Centro Sanitario que funcionaba en dichas instalaciones. También formó parte de la Secretaría de Cultura donde se emprendieron cursos de alfabetización que se dictaban en la capilla de San Miguel y cursos de costura que se realizaban en la ya mencionada Sociedad Cosmopolita”. Otra mirada sobre él, nos acerca su hermana y compinche Sara: “El trabajo fue tu meta y te dedicaste a él con alma y vida. La imprenta te dio la posibilidad de poder ampliar tus horizontes intelectuales y así plasmar en un papel todas tus inquietudes. Empezaste a interiorizarte en las necesidades de los más humildes y tu nombre cambió; dejaste de ser Ramón, el dueño de la imprenta, para ser el ‘Negrito’, la voz defensora de su gente, de su barrio, El que nunca vaciló en dar su vida por sus ideales”. Ese fue uno de los motivos de su vida: que nadie se sienta discriminado por el color de su piel, educación o pobreza. Oscar, su sobrino, que trabajó con él en la imprenta, suma su homenaje al relato: “A mediados de 1976 me tuve que volver, la situación política era insostenible. Las desapariciones de personas eran moneda corriente. Pensó que era demasiado riesgo que me quedara con él, me lo dijo y nunca más lo ví, pero guardo en lo más profundo de mi corazón su recuerdo, sus consejos y recomendaciones para la vida. En lo personal fui objeto de persecución, presiones y hasta tortura, para confesar lo que sabía de él, dónde se había ido, que pasó con su imprenta. Por supuesto que no lo sabía, y aunque lo supiera, no lo habría confesado”. A la edad de 31 fue secuestrado-desaparecido en Rosario, en septiembre de 1978. Era peronista y montonero. PRESENTE!